martes, 6 de septiembre de 2011

I+D Sniace 06/09/2011

La Universidad de Cantabria y la empresa Sniace colaboran en un proyecto para producir biocarburantes a partir de los residuos generados por la empresa
REDACCIÓN
La biotecnología industrial es el empleo de “células vivas como levaduras o bacterias, así como enzimas purificados, para la producción de bienes y servicios”. En la actualidad, según apunta el doctor en Ciencias Químicas Gabriel Moncalián, las líneas principales de investigación en este sector giran en torno a la producción de biocarburantes.
En este ámbito se enmarca la unión de esfuerzos entre la UC y la empresa Sniace para obtener bioetanol de segunda generación a partir de determinados residuos generados por la compañía. El experto destaca que estos desechos “no compiten con la industria alimenticia y, además de ser contaminantes, no tienen otra salida”.Entre ellos se encuentra la hemicelulosa que, a pesar de su alto contenido en azúcares pentosa, no puede emplearse en otros procesos de la empresa. Sin embargo, con este proyecto los desechos podrán ser utilizados “para la producción de etanol, que se purificaría o destilaría en la fábrica de etanol de primera generación que está construyendo en la empresa”, detalla el especialista.
Moncalián también ha aportado otros ejemplos de las diferentes investigaciones que se están poniendo en marcha dentro del sector para la fabricación de biocarburantes. Entre ellos se encuentran el uso de la ingeniería genética en la creación de mejores plantas que crezcan de manera más rápida, la obtención de microorganismos que fermenten mejor y produzcan mayor cantidad de etanol o encimas que degraden la celulosa para obtener sus azúcares. El objetivo de estos programas radica en conseguir que la producción de biocombustibles sea “un proceso rentable y competitivo frente a los precios actuales del petróleo”.
El profesor de genética de la UC también ha señalado que la biotecnología blanca o industrial es la que se encuentra en un nivel inferior de desarrollo respecto a las otras dos existentes: la biotecnología roja, que produce fármacos y productos de diagnóstico, y la verde, que produce alimentos transgénicos. Esta tercera rama, la industrial, “permite obtener unos productos que sean más eficientes y, por tanto, que su innovación aumente los márgenes comerciales”. Las otras ventajas señaladas por Moncalián son la reducción de las materias primas necesarias para elaborar los productos, dado que con menos recursos se consigue obtener una mayor cantidad de producto, y la disminución de problemas medioambientales, porque también desciende el volumen de residuos.
Gabriel Moncalián, codirector del curso de verano de la UC “Biotecnología industrial” junto a Alberto Coz, también ha participado en la inauguración del monográfico. Igualmente, en el acto de apertura ha intervenido el vicerrector de Investigación y Transferencia del Conocimiento, José Carlos Gómez Sal, que ha mostrado su satisfacción por la colaboración existente entre la universidad y diferentes empresas ubicadas en la región.
Por su parte, el representante de Sniace, Fernando Gómez de Liaño, ha aludido a la colaboración que desde hace varios años la compañía mantiene con la UC. Tanto es así que investigadores de la institución académica que intervienen en el curso serán responsables junto con miembros de Sniace de los cuatro nuevos laboratorios de I+D+i que la empresa está construyendo. Por último, la directora de los Cursos de Verano, Elena Martín Latorre, ha hecho referencia a que el monográfico se enmarca dentro del programa de Veranos Excelentes, patrocinado por el proyecto Cantabria Campus Internacional.

1 comentario:

  1. -La empresa mantiene con la universidad un laboratorio conjunto en el que estamos buscando soluciones a sus procesos.
    -¿Qué tipo de soluciones?
    -Lo primero es mejorar el rendimiento del proceso por el que obtienen la celulosa a partir del árbol de eucalipto. Luego, buscamos la mejor manera de fermentar el residuo, la hemicelulosa, para a partir de ahí obtener etanol, que entraría a formar parte de un tercer paso que ultima la construcción de una planta de bioetanol en las instalaciones de Torrelavega.
    -¿Hay alguna investigación encaminada a la reducción de la contaminación emitida por la fábrica?
    -Digamos que los beneficios de la biotecnología industrial serían precisamente esos, descontaminar residuos urbanos o industriales. La visita que haremos el miércoles a la fábrica en Torrelavega, prevista en el programa del curso, versa sobre la depuradora que han instalado para la limpieza de aguas provenientes de todo el proceso industrial.
    -Cuando se habla de Biotecnología se puede referir a la industria; pero resultan mucho más sonados los descubrimientos de este ámbito científico en la Medicina...
    -De eso he hablado un poco en el curso. En Biotecnología tenemos tres ramas diferentes: la roja, relacionada con la Medicina; la verde, sobre alimentos transgénicos y la blanca, que sería la industrial. La más extendida, por ser también la más aceptada por la sociedad, es la primera. La gente es más reacia a verla en las otras dos.
    -¿La más aceptada por la sociedad?
    -Recordábamos en el curso la presentación primer medicamento transgénico que se aprobó: la insulina producida por bacterias. El paciente podía inyectarse esa misma sustancia producida por animales, por cerdos, pero era absurdo si unas bacterias podían producirla de igual modo. Con los alimentos, por ejemplo, la imagen es distinta.
    -Eso pese a que son muchos los investigadores que afirman que los transgénicos no tienen por qué ser malos y que podrían aliviar el problema del hambre en el mundo...
    -Como científico creo que son investigaciones muy interesantes. Luego, debido a diferentes intereses, un mismo maíz transgénico puede ser aceptado en EE UU y vetado en Europa. En ese punto nuestro deber es poner en manos de la sociedad esa tecnología, ese producto. Usarlo o no, es decisión de la sociedad.
    -¿La Biotecnología aplicada a la industria entraría en ese plan de cambio de modelo productivo que defiende Cantabria?.
    -Debería ser así, pero es un proceso costoso. Son planes de investigación que pueden tener aplicación a largo plazo y esto despierta el recelo de algunos empresarios. Por eso es preciso que se generalicen las ayudas públicas. Porque cualquier empresa no puede invertir ahora para obtener rédito a diez años vista. Es un problema que vemos en Cantabria.
    -¿Servirá el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (Ibbtec) para impulsar la economía cántabra?
    -Todos esperamos que sea así. Nosotros estamos firmando convenios con empresas cántabras y de otras zonas de España y tenemos las esperanzas puestas en el impulso que va a traer para el instituto la finalización del nuevo edificio, que parece que ha salvado definitivamente los problemas de financiación que lo acuciaban.
    -Si no hay problemas de financiación se entregará terminado totalmente no con proyección de ampliaciones futuras, como se temía en un principio
    -Tendremos que esperar algo más, pero estará terminado por completo, con las instalaciones de las tres plantas en funcionamiento.

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